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Viajar sin afán

  • Laura Garcés van den Enden
  • 4 feb 2021
  • 2 Min. de lectura

Para algunos de nosotros, es decir los latinos o al menos los colombianos, venir a Europa no es nada fácil, no es un viaje que se haga cada año, no es una oportunidad que está a la vuelta de la esquina; es por esto que cuando se llega la hora de planificar el viaje, queremos conocerlo todo, incluir todos los destinos en los pocos días que tenemos para viajar. Aquí es donde llega la idea de escribir este articulo, pues quisiera transmitir la importancia de disfrutar cada paso, la importancia de cada segundo del viaje y de conocer el andar de cada ciudad, su cultura y afán.


Así como ahora existe el "Low food" propongo que creemos el "low travel" y seguro verás que vale la pena conocer menos, pero vivirlo más. A la hora de planear el viaje queremos abarcarlo todo, tanto así que incluimos hasta un país o una ciudad por día. Y sí, hay ciudades pequeñas que se recorren en tal vez un par de horas, pero la idea no es tomar una foto y chulearlo en la lista de "Cosas por hacer".


Es difícil saber qué conocer en Europa, además porque a tan solo unos kilómetros de distancia puede cambiar completamente la cultura y la arquitectura, que además son muy diferentes a las nuestras. Pero, según mi experiencia cuando tratamos de conocerlo todo en un solo viaje, a los pocos días el cansancio en el cuerpo es tal que nuestra mente se concentrará en eso y en su solución, es decir que todo el tiempo vamos a estar pensando en "cuándo llegaré al hotel para descansar". ¿Dónde queda entonces, el vivir cada detalles y cada segundo del viaje al máximo? Si estamos cansados, el recuerdo de un viaje que tal vez no se repetirá, no será positivo. Entonces mi consejo es incluir tardes para descansar en los hoteles, en un parque o picando algo en bares o restaurantes, sin tener horario ni apuro, pues para eso están también las vacaciones, para no tener obligaciones. Tampoco hay que levantarse todos los días temprano ni acostarse todos los días tarde, destinar buen tiempo para dormir y descansar serán entonces buenas inversiones para el viaje y su recuerdo.


Y es que no solo es el cansancio lo que genera el querer abarcarlo todo en pocos días, sino también el no tomarse el tiempo de ver, aunque sea un poco, las diferentes formas de vivir en cada ciudad, tener tiempo para perderse entre las calles del centro o sentarse a admirar monumentos tomándose una copa de vino.


Muchos viajeros experimentados ahora quieren vivir experiencias en el lugar de destino. En mi opinión esto vale la pena, pues el vivir experiencias diferentes en un lugar hace que sea más fácil que este recuerdo permanezca por siempre. Crear una experiencia en algunos sitios de interés, cómo por ejemplo comer pizza viendo el atardecer en un mirador, montar en segway o en bicicleta en un parque famoso o buscar personas locales para cocinar juntos, pueden ayudar a que el viaje sea inolvidable y único.


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